¿Acabas de volver de vacaciones y ya estás igual de estresado y agotado? Es hora de que descubras por qué las vacaciones no siempre son suficientes para recuperarnos del estrés y el agotamiento laboral. Además, te voy a dar tres soluciones efectivas.
Cuando estás quemado en el trabajo, o el estrés y la ansiedad se han quedado a vivir en tu cuerpo, no hay vacaciones que te restablezcan, ¿Verdad? Quizá logras respirar unos días, pero es volver y ¡Zas! Ahí vuelven a aparecer el agotamiento, los dolores, la apatía, la angustia. A eso es a lo que yo llamo «Insuficiencia Vacacional» (si un día lo recogen los libros de psicología, quiero mi medallita)
Aunque lo diga la ciencia, como este estudio de la Universidad de Tel Aviv no hace falta ser psicólogo ni mentor de desarrollo personal para entender que las vacaciones no son suficientes para recuperarnos si estamos quemados en nuestro trabajo y/o nuestra vida personal no anda bien.
«Tus pacientes de Asturias tienen que estar siempre como malvas, viviendo en ese paraíso». Me lo decía en la consulta, un angustiado profesional de Madrid, tan solo 3 días después de pasar 15 días de veraneo por mi tierrina.
«Pues no, están igual de fastidiados. Claro, los que antes de las vacaciones estaban fastidiados» le trataba de explicar. Mi consulta se llena de suspiros y tics nerviosos tras cada periodo vacacional. Da igual dónde vivan mis pacientes, dónde hayan estado, y qué hayan hecho durante las mismas. ¿Qué el ritmo de las grandes ciudades añade un plus? Eso es cierto. El medio en donde vivimos influye notablemente en nuestro estado físico y mental (no voy a sacar una de mis líneas de trabajo favoritas, la epigenética, pero ahí os dejo un artículo de la BBC muy didáctico que os puede dar una idea). Pero la realidad del problema es global.
Los estudios dicen que en todo el mundo estamos sufriendo niveles récord de estrés. Esto está provocando que se dispare el número de profesionales que sufren los síndromes de «Las Vacaciones Pasaron Volando» y «¿Vacaciones? Ya ni me acuerdo» y sus funestas consecuencias que te listaré en breves para que tu mismo pueda evaluar cómo estás.
Principales causas (y soluciones, of course) de la «insuficiencia vacacional»
Volvemos de cada periodo vacacional, dispuestos a ser los verdaderos reyes y reinas de la productividad, la organización y la gestión (POG) pero luego… el cansancio y las agendas imposibles nos vencen ¿verdad? Estamos agotados y estresados. Y encima, nos invade el sentimiento de culpa por no cumplir con nuestros propósitos y crece la falta de seguridad en nosotros mismos. Ya vas viendo por donde van los tiros del problema ¿verdad?
«Las vacaciones son solo un parche temporal para nuestro agotamiento. Si no solucionas la raíz de los problemas que lo generan, al volver estarás igual».
En mi experiencia, las tres principales causas de este serio problema (y las soluciones que te sugiero) son:
Síndrome de estar quemado en el trabajo o Burnout
El Burnout es una enfermedad profesional reconocida por la Organización Mundial de Salud. Está provocada por el agotamiento físico y mental, los cuales, al no atajarse, terminan por generar una cronificación del estrés laboral. Los síntomas más reconocibles que sufren de síndrome de Burnout son:
- Agotamiento físico y mental.
- Sentimiento de frustración en el trabajo.
- Negatividad y falta de concentración para realizar las tareas.
- Problemas de comunicación con los jefes y con los demás trabajadores.
- Dolores de cabeza.
- Problemas intestinales.
- Falta de creatividad.
- Cambios en la personalidad del trabajador.
- Irritabilidad, ira y otros problemas de autocontrol emocional.
¿Estás mal en tu trabajo y reconoces uno o varios de éstos síntomas en ti? No pierdas ni un gramo más de salud, y pide ayuda antes de que se cronifique y se amplíe la lista de problemas que te puede generar.
Dificultad para gestionar problemas y conflictos laborales y personales.
El paso previo al Burnout y otras enfermedades como la depresión, tal como lo aprendí en la facultad de psicología y, como además, mi experiencia como mentor de desarrollo personal, profesional y educativo, me ha demostrado (tristemente) en infinidad de ocasiones.
Cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles sin contar con buenas herramientas de afrontamiento, y personas con experiencia que nos ayuden a aprender y desenredar la madeja, lo más habitual es que terminemos por agotarnos física y mentalmente, de manera crónica. Pero por suerte ahí están las herramientas que te pueden ayudar, como técnicas de manejo del estrés, habilidades de comunicación asertiva o métodos de organización del tiempo.
Sin ellas es fácil que nos agobie la sensación de falta de control. Con el tiempo, los problemas no resueltos adecuadamente, se van acumulando, conduciéndonos a la cronificación del estrés y la ansiedad, y puede que otros problemas aún más graves, como la depresión, trastornos obsesivos compulsivos, etc. Y aquí te voy a ser claro: pide ayuda. Sea lo que sea que estés viviendo en tu entorno laboral, no te lo guardes ni lo normalices hasta que sea demasiado tarde. Habla con tu empresa (tiene que haber medios para ello), consulta a un abogado especialista, si el problema lo requiere, y pide apoyo a profesionales de la salud mental y del desarrollo profesional que te puedan ayudar a mejorar tus habilidades y a buscar soluciones. Solucionar y crecer siempre está a tu alcance 🙂
Problemas de organización y gestión de nuestro trabajo y vida personal
Si algo he aprendido yo mismo por las malas, y después, en mis pacientes, es que, cuando no establecemos límites claros entre el tiempo laboral y el personal, o cuando nos faltan habilidades para gestionar nuestras tareas y prioridades, es fácil que el trabajo invada todos los aspectos de nuestra vida. Y si además, hay problemas y conflictos en el trabajo (que nunca faltan ¿verdad?) entonces… ¡Bingo! Esa falta de equilibrio… de invasión… de insuficiencia e incapacidad para atender a nuestras responsabilidades genera una sensación constante de estar sobrecargado e infeliz, con la consecuente disminución de nuestra productividad y lo que es peor, nuestro bienestar. Entonces empezamos a sentirnos incapaces de desconectar y de descansar adecuadamente, lo cual nos afecta
A lo que se le suele sumar, incapacidad para desconectar y descansar adecuadamente, lo cual afecta a nuestra capacidad para recargar energías, y por tanto, entrando en ese círculo tóxico, se agrava el cansancio y se cronifica el agotamiento.
¿Solución? Hay infinidad de métodos, libros, aplicaciones con lo que te puedes hacer fácilmente. Yo mismo, tuve un problema tan extremo, que invertí años de mi vida en bucear en estos recursos. Pero claro, yo me dedico en parte a esto y además, soy muy friki del asunto, y entiendo que tú no por lo que te voy a dar tres buenos consejos:
- Analiza tu vida. Tus puntos de dolor, tus fugas de tiempo, tus barreras emocionales, tus creencias limitantes, tus verdaderas necesidades… la lista sigue pero es que con que te tomes en serio seguir el hilo a una o dos de estas cosas, no te haces ni una idea de lo mucho que vas a aprender de ti. Y entonces, cuando de verdad tengas esa sensación de ¡Ey! Ahora sí que empiezo a poner cara a los problemas… Entonces pasa al consejo número dos.
- Busca un sólo método. Un sólo libro. Una sola herramienta. Y aprende y practica trabaja sobre él una y otra vez hasta que lo aprendido en el análisis de tu vida encaje con lo que dice el método ¿Y sino encaja? Entonces busca otro. Y así, hasta que lo logres. Hay quien encuentra su camino a la primera, y quién a la… ¡Bueno, no nos pongamos negativos! Pero tienes que currártelo, no hay otra porque ¿sabes qué? No hay método ni herramienta hecho a la medida para tu vida. Da igual lo que prometa la publicidad. Cada vida es única, y por tanto, para cada cuál, una solución a la medida. Y si te ves incapaz, o quieres acelerar el proceso… (tanto del consejo 1 como del 2), entonces, pasa al consejo 3.
- Haz muy buenas migas con un mentor de desarrollo profesional y personal. Yo tuve la suerte de que en mi proceso, cuando yo mismo me formaba para ser mentor de otros, di con ese mentor que me cambió la vida, literalmente. Y ¡ojo! contra todo pronóstico, porque llegué a su consulta muy «sabiondo de nada» (dícese del que muchos libros, vídeos y cursos consume, pero luego no pone en práctica, según mi propio diccionario) pero oye, ahí me gané su corazoncito y aquí está el aprendiz mandándole un gran abrazo virtual allá donde esté :).
Y hasta aquí hemos llegado por hoy. Ahora sería genial hacerte un recapitulado, un resumen y un buen café para que empieces a trabajar en llegar BIEN DE VERDAD a tus próximas vacaciones. Para que las disfrutes y la insuficiencia vacacional solo sea un amargo recuerdo del pasado ¡Qué sí, vale!, cómo de vacaciones no se está, pero aquí hemos venido a aprovechar y disfrutar todo lo que podamos de los 365 días del año ¿no? 😉
Gracias de corazón por los mensajes que me mandáis al WhatsApp, en Instagram o en LinkedIn. Prometo que, aunque a veces tardo un poquillo porque se me acumula, os contesto seguro. Así que no te cortes y escríbeme o nos tomamos un café 😉