Compartir es vivir

El poeta Robert Frost dijo: dos caminos se abrieron ante mí, pero tomé el menos transitado y eso marcó la diferencia.

Nuestra vida es una sucesión de elecciones de caminos que se van presentando ante nosotros. Unos, muy transitados y recomendados, mientras que otros solo los vemos adecuados nosotros y, con suerte, alguien que nos conozca profundamente bien ¿cuáles son los mejores? Cuidado porque hay trampa…

Evaluar un camino poco transitado no revierte ningún peligro. El peligro es no tener en cuenta un camino que mejoraría nuestra vida.

Pablo Castillo, The MasterPlan

Imitar la ruta vital y profesional que ha seguido alguien al que deseamos igualar, o la que nos recomiendan seguir bajo el argumento de haber satisfecho y proporcionado éxito – supuestamente – a muchos, tiene tanto de segura como de personalizada. ¡Ojo! que no digo que seguir los pasos de otros sea un error. Es más, siempre te recomiendo que estudies cómo lo hicieron otros para aprender de sus aciertos y errores, e inspirarte. Pero no podemos caer en la falsa seguridad de que hacerlo nos garantizará cumplir con nuestros deseos, entre otras razones porque nos estará haciendo descartar automáticamente caminos más «originales» o «alternativos» y eso mermará la calidad de nuestro proceso de toma de decisión.

Si queremos tomar mejores decisiones en nuestra vida personal y profesional, necesitamos tener en cuenta esos caminos poco transitados de los que habla Frost. Algo que nos requiere un esfuerzo, sin duda, porque son más difíciles de encontrar, puesto que están mucho menos publicitados y son minoritariamente recomendados, en la mayoría de casos por el desconocimiento del gran público, pero también por prejuicios y creencias. Sin embargo ¿qué perdemos por buscarlos y prestarles atención? La experiencia de otros, y la mía propia, me ha llevado a la conclusión de que incluirlos en nuestro análisis racional y emocional, mejora notablemente nuestra toma de decisiones porque la hace más completa. Evaluar un camino poco transitado no revierte ningún peligro. El peligro es no tener en cuenta un camino que mejoraría nuestra vida.

Toma el camino que maximice el desarrollo y bienestar de tu espíritu, tu mente y tu cuerpo. Aunque seas de las pocas personas, o la única, que lo recorra, marcará la diferencia.

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Pablo Castillo hola@pablocastillo.es

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